19.1.05

en el país de las últimas cosas (María Dodera)

Montevideo va mutando en la nada.
Los coches desaparecen. La gente desaparece. Las calles son el vacío. El agua y la luz eléctrica escasea. Y los ecos de los pasos de Carmen aturden a Nicolás, una noche que ha dejado su computadora titilando y muchas vidas cruzadas.
Mientras una epidemia va azotando a este país de las últimas cosas, Nicolás decide exiliarse. Decide romper con su jefe, decir adiós a su cotideanidad, a sus amigos, congelar su teléfono móvil y ser el creador de un juego virtual llamado Vidas Cruzadas y del portal Ojos Rojos, como último intento por salvarse.
Y decide algo más.
Decide jugar, ya que le pesan los treinta.
Jugar. Y jugarse.
¿Qué perder? ¿Qué ganar? ¿El amor por Eva? ¿El deseo hacia María? ¿O quizás no asistir al bautismo de su ahijado?
En ese exilio, Nicolás escapa al frío, al gris de este Montevideo, al aquí no pasa nada, a la anestesia de cada día, a su generación, a sus raíces... Y corre, corre, corre en tres metros cuadrados y en un refugio virtual. Nicolás cree manipular muchas vidas en ese juego hasta que, en un momento, intuye que estas son espejos rotos de la suya, y que se enfrenta a las mismas batallas, a los mismos enemigos, y pulsea con un hacker en el escenario virtual de Vidas Cruzadas, por esos deseos miméticos que los enfrenta a ellos mismos en el escenario real.
Y así pasa el tiempo.
Y entonces llora, grita, y calma su deseo en el regazo de Carmen, una desconocida, a la cual miró aquella noche, en que sus ojos estaban más rojos que nunca.
Y se rompe en mil pedazos en buscas de respuestas que nunca llegan.
Y se asfixia en su juego.
Y estalla como una última cosa en un país que no entiende nada. Que no entiende su voz generacional, que no entiende su poesía ni el vértigo. Que no entiende a Nicolás cuando baila con sus pantalones grafiteados de color plateado.
¿Qué cosa decir de esta novela, que me emociona, que graba las voces de toda mi generación? Que desde lo fantástico El exilio según Nicolas revela a un Montevideo muy real.

(*) mensaje de la directora teatral María Dodera

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

maría: me pareció interesante la vinculación que encontraste con el país de las últimas cosas.
¡esos escenarios deprimentes!... debe ser una conexión inconsciente, aunque es probable que sea más directa la relación con 'la peste' de albert camus, que leí en la época que se hizo esta novela.
g

2:04 p. m.  

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