17.6.05

el gran voyeur (Daniel Renna)

Para mí, la lectura de la novela se trata de una situación curiosa, ya que según los cánones habituales, yo vivo en el exilio hace casi diez años, aunque no lo siento para nada así. De todas formas, las perspectivas espacial y temporal dan un nuevo punto de vista. Desde la distancia, y cada vez que he vuelto a Uruguay, me ha llamado la atención la gran pasión epistolar que se da a través de Internet. No sólo con uruguayos que viven fuera, si no entre la gente que está en Uruguay. Veo que la correspondencia virtual es algo generalizado, mucho más que en España, creo yo, al menos proporcionalmente. Esto está perfectamente reflejado en la novela. Creo que el messenger y los chats son un elemento actual de peso en la cultura uruguaya contemporánea. Al menos para una generación.
Con este telón social/tecnológico de fondo, la novela es en mi opinión un viaje iniciático inconsciente que Nicolás, el personaje central, realiza. Nicolás se enfrenta a su propia neurosis sin saber muy bien qué es lo que sucede en cada momento ni cómo va a terminar. Se enfrenta con su gran adversario, Oscuro, que podría ser casi su alter ego (Satán, del hebreo Has, que significa “El adversario”). La inclusión del ajedrez como imagen de este enfrentamiento me parece brillante. El encierro de Nicolás es un retiro espiritual contemporáneo y disfuncional, al mismo tiempo que intenta jugar a Dios, el gran voyeur. Ese exilio es su travesía por el desierto cibernético, en el que aparecen personajes que le tientan, le poseen y le hacen dudar. No hay nada más esquizofrénico que el mundo de los chats. La locura es uno de los grandes riesgos de los desiertos.
La meta no está muy clara, pero Nicolás intuye que lo que hace es una salida a su neurosis, que por otro lado -del microcosmos al macrocosmos- es la propia neurosis del país. Su neurosis tiene en buena medida origen en la relación con su progenitor, un individuo ausente, que le ha dejado, y que finalmente ha optado por el exilio. Lo mismo podría decirse del país: el padre de la patria optó por el exilio. En el inconsciente colectivo uruguayo esa imagen es omnipresente en distintos momentos de la creación artística y cultural a lo largo de la historia. Creo que en este aspecto la novela da absolutamente en el clavo. Hay más estructuras metafóricas/ paralelas, además de la metáfora del ajedrez y de las neurosis personales y colectivas. Vidas Cruzadas es el nombre de su juego virtual, pero en esencia es lo que pasa en sus relaciones reales.
De todas maneras, Nicolás lleva al ganador en su nombre, porque su nombre viene de Niké, "victoria" en griego. La solución finalmente se la da María, “Maria Prophetisa”, según los místicos, nombre para nada casual. En la novela, ella poco a poco va iluminando el camino, y viene a su 'Emotional Rescue', aunque él no lo sabe hasta el final.
Por supuesto, en muchos momentos el periodista musical que hay en vos sale a luz; algo inevitable, supongo. La descripción de los personajes por medio de la música está muy bien dada: conozco mucha gente así en Montevideo, especialmente en ciertas clases sociales y barrios. También la imagen de las bandas de perros abandonados es excelente. Yo he visto eso en un barrio de Montevideo, lo juro.
Ni Nicolás ni sus amigos me caen especialmente bien, pero en el libro hay mucho más de lo que parece en principio, y ese es el gran mérito del escritor. Además de hacer al lector bucear en la psique del personaje, también es una forma de bucear en la suya propia y en la de su sociedad.
* enviado desde Barcelona por Daniel Renna

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